Hace 30 años que ponemos a bailar las calles y plazas de Atarrabia; 30 años desde que un grupo de jóvenes decidieran ofrecer al pueblo un folclore que es uno de los pilares de la cultura vasca. Desde entonces, hemos vivido 6 aniversarios, cada uno tan especial como el anterior.
Celebrar aniversarios es un momento muy importante para los bailarines de Mikelatse. Soñamos con sentir lo que es preparar un espectáculo desde cero y crear algo que recordaremos para siempre. Las sensaciones vividas mientras los músicos se preparan y el público busca su asiento, la ilusión y la emoción nunca se olvidan. Estamos listos para disfrutar de la calidez de los aplausos.
La preparación de este año ha estado llena de emociones. La sensación de euforia inicial ha subido y bajado durante los meses, mezclada con frustración y nerviosismo. Sin embargo, sabíamos que todos los esfuerzos traerían los resultados prometidos.
Queríamos reflejar diferentes perspectivas de la danza vasca, miradas diversas. Algunos solo entienden ciertas costumbres como algo propio de las fiestas del pueblo. Otros, sin embargo, se apegan a la tradición y se sienten incómodos con los cambios en los trajes o coreografías. También hay bailarines que plantean la necesidad de actualizar los aspectos de la danza vasca.
Pero, reflexionando sobre ello, la única verdad para nosotros es que todas esas perspectivas son compatibles. Las preferencias individuales no importan cuando se trata de disfrutar de la danza. Y así es como quisimos transmitirlo a través del espectáculo BEGIRADAK, presentado en abril de este año.
Como decían nuestros ancestros, un pueblo que baila nunca morirá, y sentimos que Atarrabia está muy vivo.
